Los problemas
temporales normalmente no nos preocupan.
Las cosas que nos asustan son las dificultades que
no sabemos hasta cuándo van a durar.Por ejemplo:
¿Por cuánto
tiempo va a continuar esta pandemia del Covid?
¿Qué pasará
si mi hijo nunca cambia su estilo de vida destructivo?
¿Qué pasa si
mi matrimonio nunca mejora?
¿Qué pasará si mi salud continúa deteriorándose?
¿Qué pasará si nunca encuentro un buen trabajo?
Dios sabe que
tenemos la tendencia de proyectar nuestras preocupaciones hacia el futuro y nos
consuela con este mandamiento:
"Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el
cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya
sus problemas." (Mateo 6:34).
Podemos manejar los problemas que enfrentamos a
diario porque Dios está presente y nos está ayudando, dándonos Su fuerza, Su consuelo
y Su paz. Luego, al final del día,
podemos descansar en Sus brazos sabiendo que estará allí de nuevo mañana.
La fe es una caminata diaria, y la nota más importante que podemos
escribir en la fecha de mañana en nuestra agenda es ésta: “Jesús estará allí.”
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Deja que estos pasajes alivien tu alma cansada y preocupada:
Isaías 41:10: "Así que no temas, porque
yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.Te
fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa."
Isaías 40:29: "Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas
del débil."
Romanos 8:39: " ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda
la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo
Jesús nuestro Señor."
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