Después de escribir Lo necesitamos:el arrepentimiento: , varios lectores
preguntaron dónde la Biblia enseña que los cristianos somos perdonados de
nuestros pecados pasados, presentes, y futuros. ¡Gran pregunta!
Cuando vamos genuinamente a Cristo,
todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros, son legalmente perdonados.(1)
Los verdaderos creyentes aún pecan,
aún necesitan arrepentirse, aún enfrentan las consecuencias terrenales, y aún
experimentan la disciplina de Dios (1 Juan 1:8-10; Hebreos 12:4-11). Pero cuando nos paremos frente a
Dios en el juicio final, seremos contados como “sin pecado” porque hemos
seguido genuinamente a Cristo (Juan 3:16).
“ Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos
para siempre a los que está santificando.” Hebreos 10:14
Por favor nota que este versículo
dice que los seguidores de Cristo son perfectos, o sea, legalmente santificados
(santos, sin pecado) ante Dios. Nada más se requiere para salvarnos.(2)
Sin embargo, en nuestra vida terrenal
somos “aquellos que están siendo santificados.” Los creyentes genuinos están
participando de un proceso que dura toda la vida, de “ ocuparnos en nuestra
salvación” (Filipenses 2:12).
Si morimos de repente antes de pedir
perdón por un pecado, sabemos que nos pararemos sin pecado delante de Dios,
pero probamos que somos genuinamente salvos al tomarnos en serio nuestros
pecados aquí en la tierra.(3)
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(1) Aquí hay algunos versículos más
que muestran que Cristo ha pagado por todos nuestros pecados.
Hebreos 7:27: "A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no
tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y
luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y
para siempre cuando se ofreció a sí mismo."
Hebreos 9:11-12: " Cristo, por el contrario, al presentarse como
sumo sacerdote de los bienes definitivos en el tabernáculo más excelente y
perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), entró
una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de
machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un
rescate eterno.
(2) Nuestro deseo de obedecer a Dios no es lo que nos salva, pero es
una señal de que somos salvos. Cualquiera que continua viviendo un estilo de
vida pecaminoso prueba que no es salvo. Cualquiera que rehúsa
arrepentirse de sus pecados prueba que no es salvo.
1 Juan 2:4: " El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un
mentiroso y no tiene la verdad.”
1 Juan 1:8: " Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos
a nosotros mismos y no tenemos la verdad."
(3) El apóstol Pablo explica este proceso de santificación que dura
toda la vida.
Filipenses 2:12-13: " De modo
que, amados míos, así como han obedecido siempre —no solo cuando yo estaba
presente sino mucho más ahora en mi ausencia—, ocúpense en su salvación
con temor y temblor; porque Dios es el que produce
en ustedes tanto el querer como el hacer para cumplir su buena voluntad.
Filipenses 3:12-14: "No quiero decir que ya lo haya alcanzado ni que haya llegado a la
perfección, sino que prosigo a ver si alcanzo aquello para lo cual también fui
alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no
pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda
atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo
a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."
Inglés: Are we forgiven past, present and future?
Traducido por: Silvia Naviliat
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