Desde el comienzo de los tiempos, los deseos egoístas han llevado a la gente a
perderse enormes bendiciones. Eva lo
tenía todo, pero lo dejó por un egoísta bocado de fruta.
Satanás puede ser muy convincente. Y usa
las mismas tácticas hoy en día, diciéndonos que sigamos nuestro corazón, que
busquemos nuestra felicidad, que satisfagamos nuestros deseos egoístas.
Pero nosotros, los cristianos,
entendemos que este mundo no es nuestro hogar. No seguimos nuestro corazón.
Seguimos el corazón del Señor (Mateo 5:8).
No buscamos nuestra felicidad. Buscamos
agradar al Señor (Romanos 12:2; Efesios 5:10).
No satisfacemos nuestros deseos
egoístas, los rechazamos (Mateo 16:24).
Entendemos que tenemos todo en Jesús,¡y
no lo vamos a dejar por un egoísta bocado de fruta prohibida!
Deja que estos pasajes te alienten:
Mateo 16:24-25: " Luego dijo Jesús a sus discípulos:
—Si alguien quiere ser mi
discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. Porque el
que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa,
la encontrará.”
Filipenses 3:7-8: "Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero
pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero
pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo…."
Romanos 12:1: " Por lo
tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada
uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio
vivo, santo y agradable a Dios."
Mateo 6:19-21: "No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido
destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni
el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón."
Traducido por: Silvia Naviliat
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