La
historia de Rut en Rut 1-4 es un tesoro de sabiduría para lidiar con las dificultades
en nuestras vidas. Rut fue contra todo pronóstico y ella Superó los prejuicios étnicos.
Ella
también lidió bíblicamente con una amargada suegra.
Noemí
estaba comprensiblemente apenada después de la muerte de su esposo e hijos. Pero
su amargura la hizo centrarse en sí misma y ser desagradecida por la
maravillosa provisión de Dios (Rut 1:20-21).
El
esposo de Rut desde hacía diez años, estaba muerto, y ella parecía ser infértil.(1) Pero
ella no se dejó vencer por la amargura, el miedo, o la autocompasión. Y ella
continuó dándole a la amargada Noemí gracia, amor, y respeto, cuando muchas
nueras se hubieran rendido.
Dios
no ordena que los adultos “obedezcan” a sus padres o suegros, pero Él a menudo
habla a través de ellos.(2) Tristemente, tendemos más a ignorar a nuestros mayores que
a escucharlos.
1 Pedro 5:5 dice: "Así mismo, jóvenes, sométanse a los ancianos. Revístanse todos de
humildad en su trato mutuo, porque «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes»”.(3)
Éste
es un importante elemento en la historia de Rut: ¡ella respetó el consejo de la
imperfecta anciana y fue grandemente bendecida!
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Notas:
(1) Estar casada
por 10 años y no tener hijos probablemente era debido a su incapacidad de
concebir. Como mujer infértil, sus oportunidades de casarse hubieran sido muy escasas en estas culturas antiguas donde
tener hijos era muy importante. Algunos estudiosos de la Biblia creen que las palabras de Rut 4:13
implican que
sólo a través de un milagro de Dios ella podría concebir al casarse con Booz.
(2) Rut no obedeció ciegamente a Noemí.
Rut escuchó primero
y principalmente al Señor, por lo que ella respetó pero firmemente rechazó el
consejo de Noemí de volverse a sus dioses paganos (Rut 1:1-18).
Rut podría haber
ignorado los consejos de Noemí de ahí en más, asumiendo que simplemente era la
opinión de una anciana amargada. Pero Rut no hizo eso. Ella continuó tratando a
Noemí con respeto, sabiendo que el Señor podía guiarla a través de esa anciana.
Muchos cristianos modernos cometen errores innecesarios y se pierden
maravillosas bendiciones juzgando a sus mayores en vez de honrarlos. Pero eso
no significa que siempre debamos estar de acuerdo con sus consejos.
(3) Déjenme
compartir un ejemplo personal:
Yo estaba casada,
con dos hijos adultos, cuando nos mudamos temporalmente a mi pueblo natal. Mi
padre, un contratista jubilado, pensaba que deberíamos comprar un terreno para
que él pudiera ayudarnos a construir una casa. Cada vez que él lo mencionaba,
yo le decía que estábamos demasiado inseguros sobre nuestro futuro para hacer
algo tan permanente.
Luego, un día
mientras estaba orando, sentí que el Señor me convencía de que no estaba tratando el consejo de mi
padre de manera honorable. Entonces, yo fui con mi padre, me disculpé por
ignorar sus sugerencias en el pasado, y le dije que mi esposo y yo lo
pondríamos en oración.
Nos llevó una
semana orar sinceramente sobre la situación, y sentimos que el Señor nos guiaba
a no construir. Luego fui a mi padre y le dije que habíamos
considerado seriamente su consejo pero que sentíamos que no era la voluntad del
Señor para nosotros en ese momento. Sorprendentemente, eso satisfizo a mi padre
y dejó de sugerirnos que construyéramos.
Honrar a una
persona no necesariamente significa estar de acuerdo con ella, pero sí
significa escuchar y tratar su consejo con respeto.
Inglés: Ruth respected bitter Naomi
Traducido por: Silvia Naviliat
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